¡Si amas a tu perro, edúcalo!
Durante mucho tiempo, la forma de entrenar a los perros ha sido mediante la técnica del castigo. Los perros eran entrenados a comportarse a través del miedo y el dolor. Estos perros sufren mucho más estrés y ansiedad que los perros entrenados con métodos de recompensa positiva. Afortunadamente, ahora sabemos que la positividad y la paciencia funcionan mucho mejor que entrenar con miedo y dolor.
Estudios han demostrado que cuando se castiga a un perro al sujetarlo en su espalda o costado, se libera mucho cortisol en su cuerpo durante el tiempo que se mantiene inmovilizado.
El cortisol es una hormona del estrés que es producida por una amígdala activada y prepara el cuerpo para el peligro, activando el mecanismo de lucha o huida. Cuando los niveles de cortisol son altos, el cerebro es abrumado por este mecanismo, lo que impide que el perro piense con normalidad. Como no puede escapar -ya que está siendo sujetado- simplemente se queda quieto.
Los humanos piensan que el perro se somete y se calma, pero en realidad no está tranquilo, no puede pensar y no aprende nada excepto que no puede confiar en su entrenador. Esto hace que el perro se sienta más inseguro y más asustado.
Por otro lado, cuando un perro está siendo sujetado, puede llegar a querer huir tanto que solo ve una salida: morder. De esta manera, se le suelta y puede escapar. Es por eso que tantos entrenadores y dueños que usan esta técnica de castigo son mordidos. A menudo, el perro es castigado nuevamente, pero no es culpa suya.
Una vez que el perro es liberado, sacudirse es una manera efectiva de aliviar el estrés después de una experiencia negativa.